¡Se les salió el ‘llonja’!: ‘Panzón’ vs. Forrest Gump.
El presidente aprovechó la inauguración de obras de agua potable y desagüe,
el domingo en Ate, para, manguera en mano, abrir el caño y mojar a un ‘panzón’
que el Apra interpretó que era su líder. La guerra está declarada pero ¿por qué
no se tragan Ollanta Humala y Alan García?
Fue un manguerazo cargado de simbolismo. Como García se jacta de ‘Agua para
Todos’, Humala le cambió de nombre por ‘Agua es Progreso’ y denunció la
politización de estos proyectos en ‘gobiernos anteriores’.
“No podemos jugar con el agua y desagüe ni politizar proyectos tan
importantes que son necesidades básicas de nuestra familia”, dijo.
Para que no queden dudas de a quién se refería, agregó: “Nos da vergüenza
reconocer que el Estado estuvo divorciado de su población y cerca de los
grandes, de esos panzones que creen que el crecimiento económico lo han hecho
ellos y no saben que le pertenece al pueblo que día a día sale a las 5 de la
mañana a trabajar”.
Y, para contrastar con el discurso exitista que suele tener García, Humala
remató: “En medio de tanta modernidad que se pregona, ¿cómo hay pueblos en Lima
y el interior del país sin agua ni desagüe, sin pistas ni infraestructura? ¿Qué
diablos hicieron los gobiernos anteriores?
Más claro, ni el agua (aunque sea de Sedapal, que llega a las zonas pobres
tarde, mal y nunca).
El Apra, entonces, arremetió con todo. Mauricio Mulder le respondió que
“estar fijándose si otra persona es gorda, flaca o chata, es poco viril”;
“lenguaje callejonero”, “persona de escaso nivel intelectual”, “de alguien que
no ha leído un libro, qué se puede esperar”, “Forrest Gump que solo se dedica a
correr”.
Hasta hace poco, García le envió más de una flor a la pareja presidencial,
pero esta no fue correspondida por la desconfianza que le tienen. “Cuando se
trata de entuertos no hay quien le gane al Apra”, respondió ayer Daniel
Abugattás cuando le preguntaron si confía en los apristas.
Incluso, en Palacio creen que si el Apra tiene éxito en revocar a Susana
Villarán, luego querrá arrinconar al presidente Humala, tal como García lo quiso
hacer con Alejandro Toledo en el 2004 cuando –en el día de ‘la patadita’– marchó
para vacarlo.
Más allá de estos ‘lindos titulares’ propios del callejón de un solo caño
(que no atiende Sedapal), en este pleito hay, en el corto plazo, un toma y daca
por el encontrón de quién puso la plaquita en la Antártida de la que son
testigos los pingüinos.
Pero, en realidad, el pleito de fondo acá son los previos de la competencia
electoral entre un gobierno con crecimiento –el de García– y un régimen que
quiere marcar la diferencia al seguir creciendo pero con inclusión. Ese va a ser
el debate del año 2016. La guerra ha comenzado. Entretenida, al menos, va a
estar.
fuente: LA REPUBLICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario