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viernes, 24 de febrero de 2012

La lucha contra la desigualdad

Como una respuesta conjunta y coherente contra las grandes brechas de la desigualdad social y económica, que afectan a millones de habitantes pobres y en pobreza extrema del Perú y América Latina, la ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Carolina Trivelli, ha propuesto en Washington, Estados Unidos, la realización de una conferencia regional para intercambiar experiencias y analizar propuestas en torno a este flagelo.

Esta propuesta se inscribe en la política peruana de inclusión social, una de las líneas fundamentales trazadas por el presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, quien al asumir el mando de la nación planteó el siguiente postulado:
"La democracia peruana será plena cuando la justicia y la paz social, la soberanía nacional y la seguridad de nuestras familias, constituyan el zócalo de nuestra nación, cuando la igualdad sea patrimonio de todos y la exclusión social desaparezca aun en los lugares más remotos del país."
En efecto, como ocurre en la región, en el Perú las grandes brechas de la desigualdad en perjuicio de millones de peruanos pobres del campo y las ciudades, constituyen pesadas cadenas que impiden vencer al subdesarrollo y son causa de la frustración y el descontento social con persistencia de secuelas traumáticas, como la desnutrición infantil, deserción escolar y baja calidad educativa, ausencia de servicios básicos de salud y saneamiento, falta de oportunidades, entre otras.
El planteamiento de la ministra Trivellí, en el marco de su visita a Washington, precisamente busca poner en debate a escala regional los problemas de la inclusión social, sobre cómo enfocar políticas eficaces y obtener resultados claros en educación y salud.
"No hemos venido con una agenda de solicitar fondos, sino de buscar una relación en materia de inclusión social y marcar el inicio de una asistencia técnica", ha precisado la ministra peruana, quien tiene a su cargo la reestructuración y focalización de los programas sociales en nuestro país, que ahora tienen una meta inclusiva en términos de desarrollo integral, que contrasta con su antigua naturaleza asistencialista.
Es pertinente puntualizar aquí que las declaraciones proporcionadas al influyente diario español El País por el conocido magnate y filántropo estadounidense Bill Gates, en el sentido de que los países desarrollados no deben priorizar su ayuda al Perú, por ser un país "con ingresos medios" y mejores oportunidades de desarrollo, en realidad, no toman en cuenta el grave problema de la desigualdad en nuestro país y en América Latina. Además, Gates afirma que el ingreso per cápita en el Perú es de 10,000 dólares, cuando en realidad es de 5,904 de acuerdo con el BCR. 
Cierto es que la economía peruana tiene un comportamiento extraordinario, con un manejo macroeconómico estable y  un crecimiento sostenido que nos ha colocado en la categoría de país emergente, con grandes proyecciones. Pero la lucha contra la pobreza extrema y la falta de oportunidades en vastas regiones de nuestro territorio, continúa teniendo carácter vital prioritario.
Sin una solución integral a los problemas de la desnutrición, falta de empleo y oportunidades, deficiente educación y falta de servicios básicos, ningún país puede aspirar a un desarrollo con equidad y con suficiente capacidad competitiva de su población. 

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